jueves, 5 de noviembre de 2015

Tradición Yucateca (Hanal Pixan)





EL Hanal Pixán

En todos los países civilizados es costumbre conmemorar el día de difuntos con diversas manifestaciones de duelo que dedican a sus deudos muertos.
Estas prácticas se concretan a oraciones, rosarios de ánimas, ofrendas florales y visitas a los panteones. Entre nosotros, en América, en casi todas partes, se encienden lámparas sobre los sepulcros y hay paseo general de campos santos e iluminan los lugares donde han enterrado a los muertos.
En Yucatán, entre los indios mayas, se observa una costumbre que viene desde sus ancestros: costumbre netamente maya mezclada, después de la conquista, a prácticas piadosas conforme al ritual católico. Obra es ásta, de los franciscanos; quienes, no pudiendo desarraigar de golpe, en la raza conquistada, sus antiguos ritos idolátricos, toleraron ciertas prácticas que no se oponían al dogma: como honrar a sus muertos, ofrecer presentes, encender velas y quemar resinas aromáticas. Existe, pues, hasta la fecha entre los indígenas mayas, una práctica piadosa que tiene por origen la sagrada veneración que el indio tiene por sus deudos muertos, a quienes sepultan en el interior de sus hogares.
Historiadores  y cronistas, como Fray Diego de Landa y Cogolludo,  aseguran, -estudiando costumbres de la raza aborigen,- que entre los mayas no exitían cementerios en sus ciudades. El maya,-dice el cronista-, sepulta sus muertos en su propia morada. El entierro de sus deudos lo hacía cada habitante a espaldas de su casa, en un recinto o patio libre de malezas y bien barrido, donde era abierta una fosa y en la misma tierra, sin ataúd, colocaban el cadáver introduciéndole en la boca cierta cantidad de masa de maíz bien cocida, llamada "keyem" para que pudiera alimentarse mientras reposaba.... Hecho el entierro, colocaban una señal para identificar la tumba. Generalmente consistía ésta en un corralejo de dos metros en cuadro, hecho de varillas o palos: "coloc-ch‚". Y en tiempos de la colonia marcaban aquellos sitios con una tosca Cruz de madera que colocaban dentro del cuadro.
Debido a esta práctica indígena de sepultar los muertos en casa para tenerlos cerca, a fin de poderles ofrendar presentes que consistían en alimentos, frutas y ceras, nació la costumbre de hacer en los días de difuntos los "pibil-uahes" o "mucbipollos: vianda en forma de tamales envueltos en hojas de plátano con que obsequian, en esos luctuosos días, a las almas de sus parientes muertos. De ahí el "Hanal-Pixan", que quiere decir: "banquete de las ánimas".
En las casas y en los campos, colocan los indios jícaras de atole nuevo y cajetes de comida dedicados a los difuntos; y creen firmemente que, invisibles, descienden las almas a tomar una parte de ella, que es lo que llaman "tomar la gracia".
Es costumbre tradicional en la República, como en todo el mundo, llevar en los días de muertos, ofrendas florales y coronas a los panteones.
En México, además de estos presentes, fabrican en las pastelerías un pan de harina de trigo, con mucha azúcar encima, llamado popularmente "Pan de Muerto"; así como que confeccionan calaveras de dulce, bien adornadas, que obsequian a sus amistades.
En Yucatán, esta costumbre es distinta a la del resto de la República y, quizás, de todo el mundo. Desde el 1o. de noviembre, día de Todos los Santos, y dedicado a los "chiquitos" (los niños muertos), se confeccionan unos bollos de harina de trigo, en forma de figurillas de animales y muñecos, para ofrecer a las almas de aquellos. El 2 de noviembre, día de los Muertos, fabrican los indios unos enormes pasteles redondos, como de treinta centímetros de diámetro, hechos de masa de maíz y manteca, rellenos de pollo y puerco condimentados con tomate y chile, que resultan muy sabrosos.... Estas tortas de maíz envueltas en hojas de plátano, -como tamales-, son cocidos a guisa de barbacoa en un gran hoyo bajo de la tierra, o "pibil-pollos"; palabra híbrida muy popular.
Además de estos pasteles, entierran en el horno subterráneo, bien calentado con leños y piedras, calabazas grandes, de preferencia la "dzol", j¡camas, camotes, mazorcas de maíz tierno, (pibinales) y unas tortas de masa y frijoles llamadas: "pibil- xpelón". Y una vez cocidos estos alimentos y humeantes aún, los depositan en pequeñas mesas, alumbradas con velas de cera, debajo de los  árboles del patio y cerca de las sepulturas de sus familiares; así como sendas jícaras de sabroso "tan-chucua",atole que fabrican con masa de maíz, cacao, pimienta y anís, a modo de "champurrado".
Estas viandas pasan toda la noche del 1o. al 2 de noviembre, en esos pequeños altares, debajo de los árboles. Y cuando las almas de los difuntos "han tomado la gracia", los familiares de aquellos meriendan los "mucbilpollos", tómanse el atole y "pibilnales" entre libaciones de "balché‚" y otras bebidas embriagantes....
Así termina la ceremonia del "Hanal-Pixán" entre los mayas. Tal es el origen de esta costumbre tradicional entre los yucatecos, todos, hasta los que estamos lejos de nuestra tierra!.... Y tan arraigada está, que hasta las familias acomodadas, impelidas por la fuerza de la tradición, confeccionan estas exquisitas tortas, en el Día de los Difuntos, sin practicar la ceremonia india, naturalmente. Y no es raro ver en Mérida, la víspera del 2 de noviembre, a los criados de las casas, llevando por la calle, en enormes bandejas, estos ricos pasteles para obserquiar a sus amistades; costumbre de la que, hasta hoy, no ha prescindido nuestra creciente Colonia Yucateca en la capital.







http://thematrix.sureste.com/cityview/merida1/articulos/costumbre.htm

Hermosas tradiciones yucatecas

Tradiciones yucatecas

El estado de Yucatán siempre se ha caracterizado por ser un país lleno de costumbres y tradiciones. Tanto en la ciudad como en las poblaciones cercanas se puede disfrutar durante todo el año una gran cantidad de fiestas y celebraciones, las cuales mayormente se realizan conmemorando a los santos patronos y en honor a los aniversarios de las ciudades o pueblos.
En estas festividades que comúnmente duran por toda una semana, la gente del pueblo viste los trajes típicos y adorna con banderas de colores la iglesia del pueblo, la comisaría y los lugares principales donde se realizan las diversas actividades organizadas para la ocasión. Como festejos tradicionales no pueden faltar las vaquerías, los gremios, los bailes con grupos musicales, y las ferias donde se exhiben una cantidad de productos típicos de la región.

Trajes Regionales

El traje de la región es el tradicional terno para las mujeres, el cual consiste en tres piezas: el fustán que es un fondo blanco de cintura hasta los pies, el hipil que es un vestido blanco a media pierda y cuya parte inferior se encuentra bordada de colores, y el jubón que es una pieza completamente bordada de escote cuadrado que va sobre el hipil. Mientras que el traje del hombre yucateco consta de una guayabera y un pantalón blanco.
Sin embargo en la ciudad no es tan común encontrarse con este tipo de vestimenta. Esta forma de vestir se remonta más a las poblaciones circunvecinas, las cuales tienen menos influencias externas.

Vaquería

Las vaquerías son una fiesta popular cuyo origen se remota en las haciendas y ranchos del estado como parte de las fiestas patronales. Comúnmente en estas festividades la gente del pueblo suele bailar Jarana, un baile típico de la región.
La duración y el esplendor de las vaquerías, está determinado por el poder económico de cada región. Normalmente suelen durar de tres a siete días, en los cuales se organizan diferentes actividades, desde bailes, música y exposiciones, hasta procesiones y rituales religiosos.

Jarana

La Jarana es el baile tradicional por excelencia de Yucatán. Como su nombre menciona se trata de un estilo musical lleno de alboroto, diversión y galantería. Su estilo musical deriva de ritmos europeos junto a expresiones del pueblo maya.
El baile se hace normalmente en parejas vestidas con traje típico, en donde los pasos se dan zapateando y realizando giros con los brazos en alto, mientras el tronco se mantiene erguido. En Mérida se cuenta con un gran número de grupos especializados en este baile, que hacen de su arte un orgullo ante la población y los turistas.

Bombas Yucatecas

Las bombas son dichos rimados, que se intercalan varias veces cuando la música de Jarana se detiene, precisamente para dar cabida a estos versos, que con su picardía, romanticismo e ingenio, le dan un toque único y divertido a las festividades. A pesar de que existen versiones actuales que difieren de la bomba original, al rayar en lo grosero o impropio, hay muchos yucatecos que conservan y difunden el sentido primario de la bomba, el cual aún puede apreciarse en las vaquerías y bailes de los pueblos.

http://www.revistaexplore.com/yucatan/explora/es/articulo-1-112/tradiciones-yucatecas/#.VjvySSUn_Gc